Enseñar a pedir ayuda
- Asociacion Kankunapa
- 1 sept 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 sept 2023
En esta sociedad cada vez más individualista, que aboga por el tú puedes con todo y no necesitas del otro u otra, enseñar a la infancia a pedir ayuda es un acto transformador.
Se habla mucho acerca de potenciar la autonomía y la independencia de los niños y las niñas desde pequeñas. Muchos profesionales hablan de permitir el llanto y no acudir para que no se hagan dependientes o incluso retirar la atención cuando un niño o niña habla del miedo, para no reforzar esa conducta.
Entendemos que potenciar la independencia y la autonomía de los niños y niñas es importante, pero más importante aún es dotarles de herramientas que les permitan desarrollarse en plenitud. Hemos de tener en cuenta que por más que nos empeñemos en que nuestro hijo o hija sea independiente, depende del adulto para sobrevivir.
Por lo tanto, es un poco incongruente pensar en fomentar la independencia de un niño o niña, cuando el mismo niño o niña depende de su figura de referencia adulta para sobrevivir.
En este punto, es cuando enseñar a la infancia a pedir ayuda cobra sentido, y se convierte en la herramienta fundamental que permite fomentar cierta autonomía y ofrecer apoyo y acompañamiento cuando el niño o niña así lo necesite. Enseñar ayuda desde el “no quiero hacerlo por ti, pero estoy aquí si quieres o si necesitas que lo haga contigo”.
Enseñar a pedir ayuda implica enseñar también que solos y solas no pueden, pero no porque sean niños o niñas y sean incapaces, sino porque ningún ser humano puede de manera individual. La historia del progreso de nuestra especie se sustenta sobre el colectivo y sobre la cooperación, no sobre acciones individuales y aisladas.
Enseñar a pedir ayuda, enseña a la infancia otro punto de vista de las relaciones humanas, un punto desde el que saben que necesitan del otro o de la otra, y que el otro o la otra puede necesitar de ellas y ellos.
Como cuidadoras y cuidadores y, en esencia como figuras de referencia para los niños y niñas, el ejemplo vuelve a resultar fundamental. Las personas adultas no somos omnipotentes ni perfectas, nos equivocamos y, por supuesto tampoco podemos lograr nuestros objetivos solas ni solos. Mostrar cómo pedimos ayuda a otras personas es de vital importancia para que los niños y niñas entiendan que pedir ayuda es una herramienta más que pueden utilizar.
Situémonos lejos y alejemos a la infancia de eslóganes y mantras individualistas y confiemos y eduquemos en la ayuda que los demás nos pueden brindar y, sobretodo estemos abiertos y abiertas a ayudar a los demás.





Comentarios